[texto escrito el día 10/01 en el aeropuerto y durante el vuelo]
Hoy he empezado el día temprano, allá las 7.30h. Me he tomado mi tiempo para prepararme y terminar la maleta.
Quedé con mi padre que vendría a buscarme sobre las 9.15h y al ver que a las 9h aún no me había llamado para comprobar que ya estuviera lista, lo llamé yo: se había quedado dormido. Pero media hora más tarde ya estábamos en camino al aeropuerto.
Llegamos y toodo lleno de coches. Cuando momentos antes mi padre había intentado excusarse con un : hay tiempo de sobras, total es domingo. Ahora salía de su boca: normal que esté lleno...es domingo.
U_U
Entro, busco mi mostrador de facturación y confío en que no me hagan pesar la maleta y me la pueda subir a cabina.
Es mi turno:
Azafata: -¿Tiene que facturar maleta?
Yo: -No, llevo una de mano.
SILENCIO
Mi yo interior: - ¡¡¡BIEEEEN!!!
SILENCIO
Azafata: -¿Puede ponerla en la cinta para ver cuánto pesa?
Yo: -...uhm...
Mi yo interior: -¡Mierda! Bueno...que sea benévola y crea que un par de kilitos son pasables.
Azafata: -Ui no, no puedes llevarla de maleta de mano: pesa 14kg y el máximo son 10 kg. Tendrás que pagar. ¿En efectivo o tarjeta?
Yo: -...tarjeta ¬¬
...
Azafata: -Ah, pero para pagar aquí tiene que ser de crédito.
Mi yo interior: -¡grhzxwgrñ!
Yo: -Antes de facturarla tengo que sacar cosas que no quiero que se rompan. ¿Dónde tengo que ir a pagar?
Azafata: -Bueno, primero saca las cosas y ahora te lo digo.
Mi yo interior: -¡GRHZXWGRÑ!
...
Claro...no te apartes mucho para no perder tiempo y que vea la gente que estás y estabas ahí antes que ellos y no te miren mal. Aunque mal o bien te miran igual, bueno, curiosean tu maleta mientras tu rebuscas para encontrar esos objetos frágiles y lo haces intentando abrir lo mínimo la maleta porque no sueles esconder ni la ropa interior, ni los juguetes sexuales, ni las revistas porno, ni tus fotografías desnud@ y claro...son cosas que no se suelen enseñar -porque no quieres que se vean- no como las fotos de tus hijos que guardas en la cartera y que si pudieras te las pegarías en la frente para que las viera todo el mundo.
Total, que encuentras todo lo que quieres, vuelves a cerrar la maleta y aunque los de la cola ya te habían visto ahí, te miran mal al creer que te intentas colar y tú como buena pacifista, simplemente dejas pasar a toda la familia al mostrador y luego te acercas a la mujer y le dices:
Yo: - Ehm...ya está.
Azafata: -Bien, sube la maleta ( y vuelve a cerciorarse de su peso, pero ahora no para ver si pasa de los 10 sino para que no llegue a los 25. Aunque tu crees que te la hace poner en la cinta para enviarla ya al avión pero...)
Azafata: Toma (tarjeta de embarque), con esto tienes que ir al final del aeropuerto...
Mi yo interior: -WHAT? ô_Ò
Azafata: -...y pagar allí, en el mostrador de la compañía.
Yo: -Ok - Y me puese en camino.
Azafata: -¡PERO...! Tienes que llevarte la maleta.
Mi yo interior: -¡PERO...! ¿Por qué?
Así que sigues arrastrando tu maleta con sobrepeso la cual YA lleva la etiqueta de facturación, y te recorres medio aeropuerto con esa cara feliz que dice: ¡Ei, voy a hacer los XXXXX metros lisos a marcha con carga ( que a partir de este momento pasa a ser una nueva modalidad olímpica...porque lo digo yo) para pagarle un dinero desmesurado a esta
Y mientras haces cola para pagar piensas...¿por qué no mando la maleta a paseo y me compro allí lo que necesite? Y en realidad la respuesta inminente es: porque te hacen pagar una cantidad elevada por 4 asquerosos kilos de más pero en realidad con lo que pagas igual no te compras ni dos cosas de las que llevas. Pero a mi, lo primero que se me pasó fue: porque nunca encontraré todo lo que llevo que sea exactamente igual o que me guste incluso más...¿por qué tendré que tenerle cariño a las cosas?
Retomemos: ahora toca la cursa de vuelta ( esto es como el fútbol que hay partido en un campo y otro en el del equipo contrario a los que llaman partidos de ida y vuelta ) y de camino te planteas la estrategia a seguir para volver al mismo mostrador. Porque sí, tienes que ser atendido por la misma chica porque ella ha sacado tu tarjeta de embarque (la de ti, la de persona, y no la de la maleta que es la que has utilizado para pagar) así que a ver cómo nos lo montamos para colarte delante de toda la fila. Pues tal que así: te pones en la fila y empiezas a avanzar por lo huecos, por tu cara bonita. Y vas notando como esas miradas se te clavan en la espalda y sabes que si pudieran te harían el harakiri.
De mientras, a la chica le enseñas la tarjeta y ella pide un momento a la persona que estaba a punto de ser atendida, pero ésta se RESISTE a apartarse y permitirte subir tu maleta a la cinta.
Por fin te entrega el dichoso pasaje y lo único que quieres es salir pitando al control de seguridad, pero una mano que sujeta el otro lado de la tarjeta te lo impide.
Azafata: -Aquí pone el número de asiento, aquí la hora, este es el número de vuelo por si hubiera algún cambio - y todo esto con acento guiri.
[Sólo le quedaba decirte que lo que estabas sujetando era una pieza de papel semitrasnparente con x componentes y que se había fabricado de tal manera.
Pensándolo ahora con más calma me doy cuenta de que lo que no me dijo es que me había enganchado la etiqueta de la maleta y que me sería útil si se extraviaba. Pero, como se puede ver, es algo que ya sabía, igual que ya sabía todo lo que me dijo anteriormente.
Ojo, pero que no se me malinterprete, que yo valoro a esta mujer que sabe hacer bien su trabajo ( como mínimo parte de él. Ya que si fuera ella la que tuviera que patearse medio aeropuerto arriba abajo, pa'qui pa'lla - que si sacas cuentas acabas pateándote el aeropuerto entero^2- , otro gallo cantaría...), porque esto es algo que creo que deberían hacer todas las asistentes de vuelo. Yo no es la primera vez que vuelo pero entiendo que haya gente para la que sí lo sea. Y también entiendo que aunque yo haya salido con una mente brillante y todo lo aprendido de fábrica, no todo el mundo tiene porqué ser así ( pobres desgraciados).]
Mi yo interior: -¡GRHZXWGRÑ, GRHZXWGRÑ!
Yo: -Gracias (: - Porque siempre hay que tener una sonrisa en la cara para que alguien que la merezca pueda obtenerla y no tengan que comerse tus morros sin venir a cuento. Y esta mujer, en este momento final, se la merecía. ( Al mal tiempo buena cara. Que, total, yo me voy a asar con los mucho más de 20ºC de las Canarias )
Resoplando caminas hacia la cola del control y te das cuenta de como el cuerpo se había activado ( estoy despegando ahora mismo :) ) cuando competías por meter tus objetos queridos en el avión, y notas como sangre caliente se apodera de tus mejillas y luego se extiende por todo el cuerpo...¡incluyendo las axilas! ¡Pero si me acabo de duchaaaar )`: snif!
Bien...portátil fuera, reloj fuera, móvil fuera y control pasado satisfactoriamente.
Segurata: -Perfecto, buen vuelo.
Yo: -Gracias :D -sí, la sonrisa ha aumentado, es que no me esperaba tal amabilidad ( ¡NO! los modales no se han perdido. Es más... ¡los modales en los HOMBRES no han desaparecido! Si yo sabía que no era una pringada al confiar en el género masculino... 8D )
Pero claro, tal como sacas eso, luego hay que volver a meterlo...y la mochila iba a petar. Necesitas un hueco, pero cada vez que avistas uno, se ocupa al instante. Murphy es odioso a veces ( en realidad solo cuando te pasa a ti. Leerlo o que los demás te lo cuenten es la mar de divertido). Da igual, un asiento me sirve.
Ahora ya no puedo más: bajando las escaleras me saco el abrigo a lo desesperado y noto de nuevo como el aire entra en mis pulmones ( por decirlo de una manera un tanto exagerada).
Última tarea pendiente: localización de la puerta de embarque. Pues venga. Sector A ,puertas entre tal y tal...Listo.
Ah mira, en esta puerta ya había embarcado antes. Pues aprovecho y voy al baño.
De camino veo a una mujer corriendo. Yo miro el reloj y me cercioro de que aún queda una hora para mi embarque y vuelvo a mirar a la mujer corriendo por el largo pasillo solitario y mi yo malvado se abre paso para incluir en mis pensamientos:
-JA JA -tono Simpsons- haber venido antes, ahora te jodes.
En ese momento nacen dos pensamientos más y no sabría decir cuál llegó primero. Uno quería decirle a la mujer que no se preocupara que seguro que llegaba a tiempo, y el otro pensaba en lo malévolo del comentario burlón.
Mi yo interior: -Imagínate si a ti te pasa algo como un atasco, que se rompe el tren o vete tú a saber qué y te ves corriendo como esta mujer...
Y la solución de mi cabeza ha sido:
-¡Ahora no pienses en eso! Es como hablar de mierda en la mesa -mientras se come-, que como un amigo muy sabio me dijo: eso es hablar del futuro y el futuro mejor dejarlo donde está. A lo que yo añado: si tiene que pasar, pasará.
En el baño...Primer momento de paz, tranquilidad. Vamos, no hace falta que explique más esa sensación, es vox populi.
De camino a un asiento empecé a reflexionar sobre esto.
Mamá, hoy he aprendido que la vida hay que tomarla con tiempo por todos los imprevistos que pueda haber. Que hay que concienciarse de que a veces las cosas no salen como uno quiere pero que quizá la nueva manera es la correcta, incluso hasta mejor. Que la sonrisa debería ser una parte esencial de nuestra anatomía e incluso me gustaría que fuera imprescindible para poder vivir, que si en ese momento no se encuentran motivos para sonreír, pueden hablar de cagar en la mesa, que recurrir al futuro para un fin positivo no solo no está "prohibido" sino que es obligatorio. Que me doy cuenta de que me hago mayor, y eso me gusta. Y que los secadores de manos de los baños públicos van genial para eliminar rápidamente esos estigmas que el funcionamiento de tu organismo al practicar marcha con carga deja en tu ropa.
¡Buen viaje!
1: No hay nada que venga aprendido de fábrica.
ResponElimina2: Si tuvieras una mente brillante, sabiendo que tu maleta de mano pesa más de 10 kg, se la hubieras dejado a tu padre y te hubieras ido a facturar. O la hubieras apartado un segundo para que la chica no viera que era tuya y la hubieras pasado.
3: No me sirve la excusa de "te ponen una pegatina que dice 'equipaje de mano'", porque a mi a veces me la ponen, a veces no, depende cómo tenga el día la persona que te atiende.
Yo nunca he ido en avion, así que todo esto se me haría un montaña bien grande...
ResponEliminaPero de momento me queda claro que se camina mucho y que los secadores tienen varias funciones, jajajajaja.
Tienes razón con lo de "a veces las cosas no salen como uno quiere..." A mi se me cambiaron muchos planes el año pasado, y ahora no sé si estoy mejor de lo que podría haber estado :)
¡Un beso!