Tengo que confesar que estoy absoluta y profundamente enamorada de estas mujeres y de las historias de su vida.
Hoy ha sido el día en el que he puesto punto y final a esta serie que sigo desde el primer capítulo en el día en el que se estrenó en España, pero que con el paso de los años y sus circunstancias, la he acabado viendo sin regularidad y mucho más tarde de los días de estreno de los capítulos, hasta tal punto que la termino de ver dos años más tarde de su verdadero fin. Aunque de esto tiene más culpa el no querer ser consciente de que se acabó que el mero impedimento de no poder llevarlo al día.
Desperate Housewives comenzó el 2004, tiempos en los que yo estaba en el instituto, en el primero, en el que cursé la enseñanza secundaria obligatoria. Y terminó en 2012, año a caballo entre Las Palmas-Barcelona-Toulouse. En la vida de estas mujeres ha ocurrido absolutamente de todo, y haciendo ahora la comparación con mi vida, en la mía también...por suerte, no tan macabras y desoladoras como algunas de la serie...
Estos últimos días mientras visualizaba los últimos capítulos me daba cuenta de que las adoro tanto porque quiero tener un poquito de cada una de ellas en la mujer que me quiero convertir, y que algún día seré. Pero aun tengo que aclararme de cuáles son esas cualidades porque creo tener claros los beneficios de ser de esa manera, pero ni me he planteado cuáles serían las contrariedades.
En resumen, Mujeres Desesperadas ha sido una serie con la que he crecido y que siempre me ha tenido encandilada. Me encantó al principio y me encanta ahora. Me ha hecho reír, me ha hecho llorar, me ha hecho pensar y me ha permitido olvidar. Es, sin duda, una de mis series preferidas, por eso se ganó un sitio a la vista en mi estantería de DVD's.
Por esto, ya estoy buscando fecha para hacer una maratón COMPLETA de la serie. ¡Lo estoy deseando!
"Hasta la vida más desesperada es una auténtica maravilla"
