Descripción del blog:
Este blog va a estar lleno de cosas que me gustan: fotos, escritos, dedicatorias, felicitaciones, narraciones propias, noticias interesantes, etc.
Espero que disfruteis con ello y siempre es bien recibida una buena sugerencia.
¡Gracias!

dilluns, 28 de desembre del 2009

Bohemia

Anteayer fue San Esteban, como cada año, es una festividad que celebro en casa de mis abuelos maternos. Pero, en cambio, cada año cambia cómo lo celebramos.
Desde que yo puedo recordar, nos reuníamos unas 20 personas entre abuelos, las cuatro hijas, dos de ellas con sus respectivos maridos y las otras dos con parejas transitorias si es que acaso esas navidades había, más toodos los primos, es decir, 6 y también todos con parejas transitorias; además de un hermano de mi abuelo con su mujer+hijos+parejas+nietos; total, que me parece que a veces eramos más de 20. Ahora, y desde hace dos años, somos 5 a lo sumo.
Los abuelos se hacen lo suficientemente mayores como para estresarse con la multitud y el ajetreo, lo que hace que ni venga la familia, ni tampoco se les pueda llevar a otra casa para que no tengan que meterse en el berenjenal de montar mesa y preparar comida.
También de dos años a esta parte, lo que mi prima hace que conoce a su actual pareja, damos el pincelazo final asistiendo en familia ( los que aun estamos para salir un par de horas cuando se acerca el final del día) al concierto de jazz que ofrece el grupo de música Ivanow (http://www.ivanowjazzgroup.com) del cual el novio de mi prima es clarinetista.
Y es allí donde me di cuenta de lo que a continuación escribiré.
Es una simple comparación de mi situación hace un año y en la que estoy justo 365 días (redondeando) después.

Recuerdo que entré allí, en la sala antigua de Apolo, un 26 de diciembre de 2008 y la primera impresión fue abrumadora: ¡qué ambiente tan fantástico, que sala tan bien ambientada a los años 20, qué iluminación tan tenue que me hace sentir tan...romántica...!
Romántica, hace un año me sentí romántica.
Oh, que bonito momento para compartir con... ¿con alguien especial? o ¿con quién?
Hace un año decidí que sería óptimo compartirlo con alguien especial. Y aunque mediante llamada, lo hice por unos minutos. "Deberías estar aquí, es todo precioso". Y aún no había escuchado la música. Apunte interesante dado que el concierto fue fabuloso, me encantó: villancicos jazzeados y canciones del grupo también, todo acompañado con un montón de bailarines de swing que te regalaban la vista. Uff, fue una noche muy bonita. La sala estaba abarrotada y aunque no me levante de mi silla más que para dar una vuelta por el gallinero, me sentí que formaba parte de ese algo que en ese momento me parecía tan bello, y ese sentimiento contrastaba la mar de bien con el de sentirme un poco fuera de lugar por no poder compartir esto con quien yo quería; o con quien yo creía que quería compartirlo.
Yo creía que me faltaba algo para que eso fuera idílico, pero en cambio no me paré a pensar en que yo ya lo consideraba perfecto sin nadie más. Que ese momento lo recuerdo tan agradable por lo que ya estaba y no por lo que yo creía que faltaba.
Aunque pensara que me gustaría que hubiera alguien más, realmente era alguien que aun no era prácticamente nada para mi, sí, tenía bastante talento como para formar parte del reparto, pero en realidad yo estaba allí conmigo misma y nadie más dentro de mi corazón, conmigo misma y con mi familia. Por lo que ahora considero que no es un momento con el que ningún año próximo, aunque exista ese alguien especial, voy a querer compartirlo con nadie más que no sea mi familia y ese montón de desconocidos. Porque nunca quiero sentir nada más que felicidad al recordar ese momento que tras dos años se ha convertido en sagrado, ese es mi momento de egoismo.

Y un año más tarde...
Llegamos pronto, casi con una hora de antelación. Salimos del metro y llovía agua nieve, uhmm, la clase de lluvia perfecta para desear que te moje, esa en la que levantas la cara y ves como las gotas se dirigen directamente a tus ojos y decides cerrarlos y entrar en un mundo paralelo a la realidad donde solo existen esas magnificas gotas de lluvia y tú. Esa lluvia con la que te preguntas por qué abre la gente los paraguas (principalmente es una pregunta que te haces cuando sucesivas veces estas a punto de perder un ojo por culpa del mal uso que le dan al utensilio, y cuya respuesta, la que más te sirve para controlar las ganas de cerrarlos todos uno por uno, es que no desean llevarse un premio-resfriado a casa, aunque tu pienses que esa lluvia solo puede traer cosas perfectas...) si es la manera más hermosa de gotear paz que jamás has sentido.
La cola era corta y hasta que abrieron puertas y entramos quiza pasaran unos 15 minutos.
Al entrar en la sala me encontré a mi primo político, el grupo repartía números para la cesta de navidad que sorteaban en la media parte, y me tocó el 37. La cosa prometía, es mi número de la suerte, de hecho el sorteo empezó genial: centenas= el cero, pero desfalleció cuando las decenas también eran 0.
Como eramos de los primeritos pudimos escoger buen sitio y una vez acomodados, nos sentamos a esperar.
Yo me senté con la chica que ayuda a mi madre y tías a cuidar de mis abuelos, que decidió unirse a la familia por estas fechas ya que su gente está al otro lado del gran charco y para ella somos su segunda familia, y me empezó a explicar un poquito su historia.
Aix...qué afortunada te sientes con pocas palabras tristes que te cuenten de la vida de los demás, y que mal te sientes por poder sentirte afortunada...
Luego expliqué yo un poco de la mía a raiz de una pregunta suya muy crucial y muy al pelo para la situación, ahí es cuando tuve una especide de dejavú que me llevó a esta reflexión.
Estar en el mismo sitio que un año atrás, con las mismas personas que un año atrás (las mismas, y más que se animaron este año), y en mi corazón había exactamente el mismo índice ocupacional que un año atrás, y todo esto después de unos largos ( de exactamente 24 horas todos ) 365 días.

Claro, lo irónico del caso es que este resultado no ilustra lo que realmente ha pasado durante todo este año...No he repetido lugar cada día: el año pasado estudiaba en Valencia, este año he empezado en Canarias y un año atrás no visitaba tanto a mi padre, este he pasado muchos días seguidos en su casa; y el año pasado creo que no viajé en avión si no era para volver a casa (Barcelona) desde Valencia, este año he ido de viaje y/o visita unas 3 veces a sitios nuevos. No he compartido mi tiempo con las mismas personas: algunas están ahí años luz y confio que sigan ahí para siempre, pero también ha aparecido gente nueva y gente que ha venido y ya ha pasado de largo, y gente que ya se ha ido para siempre...Y mi corazón ha sido como una gasolinera: entras, repostas, tu coche se recarga de energía y sales, dejando a la gasolinera un poco más vacía de gasoina/energía pero con algunas moneditas de más. La gasolinera está vacia si la miras un año antes y uno después, pero eso no se refleja. De hecho, para ser exactos hace un año la imagen exacta era del coche entrando, ahora es del coche saliendo.

Así que allí me vi yo, después de un año, y prácticamente igual que el anterior si es que tenemos que comparar las situaciones en ese momento puntual.
Y en cambio, miro atrás y...cuantas cosas pueden cambiar en un año, cuántas pueden mejorar, cuántas pueden entristecerte...cuántas, todas ellas, te hacen crecer.

Igual no ha sido el año más feliz de mi vida, por lo que no diré que ha sido el mejor año de mi vida, pero sí que ha sido el año en que he controlado mi vida, en el que he hecho lo que yo quería y ha salido más o menos como tenía que salir. Ha sido un año en el que he tenido 19 años medio año y 20 el otro medio y me he sentido como si los tuviera: he hecho lo que alguien de 19 años y medio, tiene que hacer. No he vivido por encima de mis posibilidades ni mis obligaciones, no he deseado ser mayor, aunque si ser dos años menor y no crecer más. Y sí, todo esto ha sucedido en el peor año psicologicamente, nunca visto lo que he pasado este año, y a pesar de todo, no lo cambiaría por nada del mundo, ni lo malo, ni lo bueno.

Y en mi sofá, con mi estimado pijama de corazones, donde empecé a escribir esto y ahora, después de una preciada ducha y vestida, en la cama de casa de mi padre, la mañana siguiente donde estoy acabando de relatarlo, me pregunto si acaso este año 2010 será tan sorprendente como lo ha sido este 2009.

Pero allí, sentada en uno de los bancos de la antigua sala Apolo de Barcelona, en la Avenida Paral·lel, en el mismo sitio, con la misma música, con la misma gente y un año más tarde, parecía todo seguir igual que entonces.

Pero siendo sincera conmigo misma, mi corazón sigue igual de lleno que el año pasado, y sigo igual de enamorada, o más, que el año pasado. Y creo que lo admito por primera vez:

Te quiero Laura.

2 comentaris:

  1. Gracias por leer mi blog y pararte a comentar. Preciosa la entrada

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  2. y que verdad hay en lo que dices, cuando te encuentras en el mismo sitio y te parece todo tan igual, pero han pasado muchas cosas en ese tiempo.

    un saludo

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La Reina de mis Sueños